lunes, 7 de mayo de 2012

Cap.117

-Soltarnos- dijo Carlos enfadado.
-Nos vamos.- dijo Laura enfadada- Podéis terminar lo que habéis empezado.
-Habéis empezado vosotras bajandoos las bragas- dijo Álvaro.
-Eh que sí, ya os daréis cuenta.- Nieves cogió a Laura del brazo- Venga, el último tren sale dentro de 45 minutos. Dormiremos en mi casa.
-¿Os vais así?- Dijeron Edu y Borja cuando pasaron a su lado.
-Ni os acerquéis- Respondieron las chicas sin mirarles.
Estaban en la estación, vieron a más gente de la fiesta por ahí. Les miraban y cuchicheaban, a veces se reían y otras veces decían comentarios insultantes en voz tan alta como para que les oyeran.
-¡No se os oye bien!- dijo Nieves enfadada a un grupo de chicas de 4ºA. Se fueron.- Serán ... Aaarg.
-Nunca tuve que haber dejado a Blas.
-Nunca tuviste que besarte con Álvaro- corrigió Nieves mirando el reloj. Faltaban 35 minutos para que saliera el tren.
-Y tú tenías que haberte quedado con David.- Dijo Laura.
-Ya ves.
-Y nunca tuvimos que hablar con Edu y Borja- Terminaron al unísono. Se miraron y sonrieron amargamente.
Vieron que dos chicos entraron en la estación. Eran Álvaro y Carlos. También iban a ir en el mismo tren que ellas. Compraron los billetes y fueron a sentarse en las butacas más alejadas. Además intentaban no mirarse.
Quedaban 20 minutos. Las chicas estaban cada vez más nerviosas. No podían aguantar más, querían llorar pero no delante de ellos. Tenían su orgullo. Eran, como diría Elvisa, unas señoras.
Carlos se levantó y se dirigió a ellas. No había nadie más en la estación. Al parecer todos dormirían en casa de Blas o ya se habían ido.
-¿Tenéis hora?- dijo sin mirarles.
-Las 11:40- dijo Nieves mirando al móvil.
Se dio la vuelta y empezó a caminar hacia Álvaro.
-De nada.- Dijo Nieves desde el asiento.
-¿Quieres que te dé las gracias? ¿En serio?- Estaba enfadado.
-Tú a mí no me tienes que dar nada.
-Tú a mí menos.
-Eh, eh, relaja sombreritos- dijo Laura empezando a enfadarse.
-Bueno, es normal que esté así. A todos nos jod* que nuestras novias sean unas guarras. ¿Qué quieres?- Dijo Álvaro acercándose- ¿Qué lo celebremos? Ah, no, ¡Qué tonto! Si eso era mi cumpleaños. Gracias por el regalo, ha sido mi favorito.

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